Contra las encuestas, Montilla candidato y más ideología

El pasado domingo, La Vanguardia publicaba una encuesta que colocaba a CiU al borde de la mayoría absoluta. Según este sondeo, elaborado por el instituto Noxa, la deficiente gestión de la crisis de la nevada y del incendio de Horta pasa factura al tripartito, provocando que PSC y ERC pierdan 15 escaños entre los dos.

Ante este vuelco electoral - que acerca el panorama electoral actual a la época de las mayorías de Pujol - Montilla ha decidido adelantar su proclamación como candidato a abril en vez de esperar a junio, como estaba inicialmente previsto. Esta maniobra busca que se visualice al catalán de origen andaluz más como candidato socialista que como líder de un tripartito amortizado de cara a la opinión pública. Igualmente, con este movimiento se cierra el debate interno socialista, ya que en caso de que Montilla no hubiese presentado su candidatura, la corriente más catalanista - liderada por Manuel Castells, conseller de Economía - podría haber presentado a Montserrat Turá como candidata a unas hipotéticas primarias.

Este paso permite a los asesores de los socialistas catalanes empezar a aplicar su estrategia de fondo consistente en posicionarse como partido que defiende el encaje con España (para lo cual es fundamental desmarcarse del tripartito) y en confrontar su modelo económico con el de CiU. La jugada es acertada. Los asesores de Montilla saben que sólo ideologizando y presentando a la coalición nacionalista como una fuerza derechista en el terreno económico e independentista en el político, podrán movilizar a toda su base electoral de izquierdas y no nacionalista. El problema que tiene Montilla es que los nacionalistas no dejan de tender la mano a Zapatero - que no pasa por un peligroso derechista - y cada día se muestran mucho más tímidos a la hora de impulsar el llamado derecho a decidir de Cataluña.