Hace una semana, El Confidencial Digital y Libertad Digital se hacían eco del posible crecimiento electoral de UPyD en Cataluña. El periódico editado por José Apezarena destacaba que Ferraz prevé que el partido de Rosa Díez arrebate a los socialistas entre 3 y 4 escaños en el Parlament. Las expectativas que Libertad Digital concedía a los progresistas son en cambio mucho más modestas: uno o dos diputados.
No obstante, las mejores encuestas de voto son las elecciones. Las dos últimas celebradas en Cataluña nos ofrecen dos datos evidentes en cuanto al espacio electoral de centro izquierda no nacionalista. UPyD ha efectuado un notable progreso desde las primeras elecciones en las que se presentó, las generales de 2008, en las que acaparó sólo 6.000 votos (0,16%) hasta las europeas de junio del 2009, donde consiguió 15.000 votos (0,80%). Mientras tanto, los votos de Ciutadans se han visto espectacularmente reducidos desde los 89.000 votos (3%) que cosecho en las autonómicas del 2006, a los 7.000 de las europeas de junio (0,36%), pasando por los 27.400 en las elecciones generales del 2008 (0,74%). Interesante destacar que el espacio electoral del centro-izquierda no nacionalista sumaba 1,16% en las europeas, aún lejos del 3% requerido para entrar en el Parlament.
¿Qué necesita UPyD para conseguir entrar en el Parlament?
• Un relato solido que ya tiene: Mientras el resto de partidos catalanes, incluido el PP, están centrados en cuestiones identitarias como la nación, la lengua o el Estatut, UPyD ofrece un proyecto progresista centrado en resolver los principales problemas de los ciudadanos catalanes (crisis, paro, educación o sanidad). Este relato, fundamentado en la dicotomía entre los intereses de los ciudadanos frente a los intereses de las élites catalanas, es probablemente el más adecuado para conseguir movilizar al numeroso electorado abstencionista que en las pasadas elecciones autonómicas catalanas representó el 43% del censo electoral. Los abstencionistas, que junto a los desencantados con Ciutadans constituyen los potenciales votantes de UPyD, se corresponden sociológicamente, en su mayor parte, con los inmigrantes andaluces que reside en el cinturón rojo industrial de Barcelona y que suele votar en las elecciones generales al PSOE y se abstiene en las autonómicas.
• Un candidato conocido: La única encuesta que hasta ahora ha valorado a algún dirigente de UPyD otorga a su actual portavoz, María José Broset, un grado de conocimiento por parte de los catalanes de sólo el 18%. Ese mismo desconocimiento favoreció a UPyD en las elecciones vascas cuando presentó a Gorka Maneiro pero ese modelo parece estar agotado, como lo demuestra el hecho de que Francisco Sosa Wagner sólo consiguiera un escaño en las elecciones europeas cuando al comienzo de la campaña le daban dos. Además, si se compara ese dato con el 57% de catalanes que conoce a Albert Rivera, resulta evidente que UPyD está en clara desventaja en relación al candidato. Si las primarias lo permiten, Antonio Robles, ex diputado catalán por Ciutadans podría ser la solución. Crítico con el nacionalismo desde una posición nítida de izquierda y muy conocido por su defensa de las libertades lingüísticas, no vaciló ni un segundo en bajarse del proyecto de Ciutadans cuando estos se escoraron hacia la derecha pactando con los ultracatólicos antieuropeístas de Libertas.
• Unas tácticas electorales adecuadas: Dos son las principales tácticas que deberá utilizar UPyD si quiere conseguir representación en el Parlament:
- La táctica del voto útil: La han utilizado desde Felipe González cuando esgrimía que votar a Anguita sólo favorecía a la derecha hasta los laboristas británicos apelando al voto táctico de los votantes liberal-demócratas para frenar a los conservadores. Para intentar aglutinar el espacio electoral progresista no nacionalista, UPyD debería mostrar los mapas de los resultados de las últimas elecciones europeas en Cataluña donde supera a Ciutadans en todas las provincias catalanas. De esta forma, presentaría a esta última fuerza política como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer.
- El debate del no-debate: UPyD va a ser con toda seguridad excluida del debate que se celebre entre los candidatos autonómicos en TV3 al no tener representación parlamentaria autonómica. Sin embargo, debe sacar provecho de esta eventualidad denunciando su posible exclusión del debate, la falta de coraje de los líderes de las élites catalanas para debatir sobre lo que realmente interesa a los ciudadanos y la posible incoherencia entre lo que Ciutadans predicaba en las pasadas elecciones autonómicas solicitando su inclusión en el debate y lo que predicará ahora solicitando la exclusión de UPyD.
Lo anterior constituye una posible hoja de ruta para UPyD en las elecciones catalanas que se avecinan. ¿Podrán éstas convertirse en la antesala del éxito de UPyD en las municipales?